Ikebana significa literalmente "flor viva clocada", es pues, el nombre del arte floral japonés cuyo propósito estético manifiesta también una dimensión espiritual, en efecto, su práctica está relacionada con las estaciones, los ciclos vitales y lo efímero de la existencia. La base del ikebana es la armonía a través de elementos ofrecidos por la naturaleza.
Es probable que el origen histórico del Ikebana se remonte a más de medio milenio y tenga un origen de tipo religioso. En el budismo chino existe la tradición de las ofrendas florales y esta costumbre habría sido difundida en el japón por los misioneros chinos del silgo VI. Posiblemente hasta el siglo XV mantuvo esta práctica la esencia de ofrenda religiosa, pero más tarde este sentido se fue perdiendo.